EXPOSICIÓN DE CARLOS CRUZ
Voy a referirme a algunos aspectos generales del tema de este encuentro, el que en realidad representa una invitación a compartir criterios y a ver de qué manera se puede ir avanzando, en el objetivo de levantar nuevas obras de infraestructura pública vía concesiones, para iniciativas formuladas desde las regiones. A estas alturas, es un dato de la causa que la participación directa de las regiones y de sus habitantes es un imperativo en la definición de la próxima infraestructura regional. La inversión desde las regiones vía concesiones puede y debe satisfacer el cumplimiento pendiente de objetivos simultáneos, como se indica al final de esta presentación.
Sabemos que la asociatividad público-privada (APP) representa un sistema adecuado para suplir la insuficiencia de recursos financieros públicos, a la hora de encarar nueva infraestructura. Significa dotar de un instrumento a las regiones para llevar a cabo sus próximos proyectos de obras que satisfagan demandas explícitas de su población.
La APP ofrece una serie de beneficios para el sector público y el privado. Para el sector público, puede proporcionar infraestructura de calidad a un coste más accesible, liberar recursos para otras prioridades, mejorar la eficiencia y la gestión de la infraestructura, y reducir el riesgo. Para el sector privado, puede ofrecer una serie de oportunidades, incluyendo: acceso a nuevos mercados, generación de ingresos a largo plazo, utilización de su experiencia y capacidad de gestión para mejorar la calidad de la infraestructura, y reducir el riesgo.
Chile está en proceso de regionalización, sin dejar de ser un país unitario. Entonces, es necesario transferir mayor capacidad de acción a las regiones para aumentar nuestra eficiencia y efectividad como país. La descentralización será un proceso de prueba y error. En lo económico, apunta a desarrollar competencias en los gobiernos regionales en materias de ingresos e inversión en infraestructura de impacto regional, gestión del territorio, desarrollo productivo y transferencia de responsabilidad fiscal (ingresos y gastos).
En consecuencia, tomar iniciativa en materia de concesiones no es sólo posible sino deseable. Es desde las regiones donde se conocen los requerimientos de infraestructura para su desarrollo, también desde donde deben identificarse las estrategias de desarrollo productivo que aseguren un mejor futuro y desde donde se debe proyectar el aporte del territorio a su propio desarrollo.
Las preguntas centrales que surgen son:
¿Pueden las regiones entregar en concesión bienes nacionales de uso público bajo su área de responsabilidad? La respuesta es sí. Los gobiernos regionales tienen las facultades condescendientes y, en el caso de aspirar a utilizar como marco normativo la Ley de Concesiones de infraestructura pública del MOP, eso se puede hacer a través de un ?convenio mandato? con el MOP (tal como lo hacen Salud, Justicia, Ferrocarriles, y otros). Hay que recordar que los gobiernos regionales tienen como parte de sus funciones la responsabilidad de planificar el desarrollo regional, y pueden comprometerse con otra entidad del Estado.
¿Puede, asimismo, el MOP recibir el encargo de llevar a cabo concesiones por cuenta de los gobiernos regionales? La respuesta también es sí, dado que la Ley de Concesiones lo señala. Para presentar proyectos el mandante deberá entregar una propuesta de proyecto de concesión el que deberá ser validado por el Consejo de Concesiones como de ?interés público?. Concordado el proceso licitatorio, será el MOP el que convoque a la licitación correspondiente hasta el momento de la adjudicación, para lo cual deberá contar con un mandato del gobierno regional. La responsabilidad de que lo comprometido en el contrato se lleve a cabo en forma cabal recaerá en el MOP.
La implementación puede realizarse con proyectos pequeños, medianos y grandes. Por ejemplo, parques, centros de salud (Cesfam), centros de eventos (?arenas?), polideportivos, tranvías, teleféricos, hospitales, cárceles, autopistas, entre otros. Se propone que los gobiernos regionales tengan un área de concesiones dentro de sus equipos, lo que refuerza la descentralización de las decisiones de inversión en infraestructura de uso público.
Para la instalación de concesiones desde las regiones, proponemos desde el CPI la participación conjunta del MOP, los Gobiernos Regionales y una oficina regional de asociatividad público-privada, y donde converjan armónicamente:
- conocimiento del territorio
- estrategia regional de desarrollo
- cartera de proyectos robusta
- decisión de inversión con sentido local y territorial
- descentralización
- mejor calidad de vida
- desarrollo de la industria local
- priorización de recursos para áreas sociales de las políticas públicas